La historia de
La Alojería
La palabra Alojería procede del árabe y se refiere al sitio donde se vendía la "Aloja", una bebida que era servida en los corrales de comedias en los siglos XVI y XVII. Estaba compuesta de agua, miel y especias (como canela o pimienta blanca) y era vendida por los "Alojeros", cuando había función.
La historia de nuestra vivienda es muy singular. Está en la planta baja de un edificio en el Casco Histórico. En lo que antiguamente fue la Judería Bejarana. Su fachada oeste presenta una de las características más importantes de la comarca. Está recubierta con teja árabe y se instalaba así para preservar esta fachada de la lluvia.
Se divide en dos departamentos que pertenecen a la misma vivienda, separados por el acceso principal a las plantas superiores, y presenta los rasgos característicos de las construcciones del Casco Histórico: piedra de mampostería en muros perimetrales de más de 60 centímetros, ladrillo macizo y ladrillo adobe en las divisiones interiores.
Durante su rehabilitación hemos intentado conservar el aspecto que tuvo en su origen. Se ha respetado la singularidad del edificio y de la zona del Casco Histórico.
Hemos ordenado la zona de cocina y comedor en el lado izquierdo y la de descanso en el derecho como sería en su origen.
Los suelos de madera de la escalera principal son de primeros del XX, así como el color característico de la ciudad: el color gris-azulado. Lo encontrarás tanto en nuestra casa como a cada paso en Béjar, especialmente en el Casco Histórico.
Una rehabilitación respetando el concepto original de la zona
En la sala de la izquierda se encuentra la cocina y el salón-comedor de unos 20 metros cuadrados.
Destaca entre toda la estancia la gran encimera de mármol blanco Macael. El fregadero está hecho de una pieza y seguramente sea el elemento más destacado de la estancia junto con la gran pared de mampostería de granito de más de 13 metros cuadrados.
En la estancia de la derecha se encuentra el dormitorio de unos 24 metros cuadrados junto con una zona de descanso que sirve también como pequeño salón.
Dividido a mediados del siglo XX en pequeñas habitaciones, se ha hecho diáfana suprimiendo el ladrillo moderno e intentado conservar la esencia de la casa respetando las paredes originales. Se ha incorporado un baño para mayor comodidad.
Al igual que en la zona izquierda, se ha rescatado la pared de más de 60 centímetros hecha en piedra de mampostería de granito y se han sacado a la luz los ladrillos macizos y de adobe que le dan esa presencia tan impresionante.
Las puertas correderas de los baños son los portalones del edificio que se han rescatado del olvido así como las ventanas que dan luz a los mismos.